viernes, 30 de enero de 2009

LAS GEMELAS

Aquí os traemos, como cada semana, un nuevo misterio espeluznante. Apretaos los cinturones, porque este es, de los que llevamos hasta ahora, el más escalofriante. Esto empieza YA




Las niñas tuvieron que cruzar solas porque a la madre la llamaron del trabajo para que fuera urgentemente. Les dijo a las niñas que cruzaran solas, pero que tuvieran cuidado, mirando a los dos lados. Las niñas obedecieron.

Nada más girarse la madre para marcharse oyó un golpe muy fuerte detrás de ella. Eran sus hijas, habían sido atropelladas por un camión. desgraciadamente, las dos habían muerto.

Cuatro años más tarde la madre, aún joven, ya que tenía 34 años, todavía vivía en la misma casa cerca de la carretera y no olvidaba ningún día a sus dos gemelas. Afortunadamente, había vuelto a tener hijos, y casualmente eran dos gemelas. Además, eran muy parecidas a las que murieron atropelladas. Esto hacía que la madre olvidara en parte ese trágico suceso.

Pero la fatalidad estuvo a punto de volver a la familia, a pesar de prohibirles expresamente acercarse a la carretera.

Un día las dos niñas estaban jugando y decidieron cruzar la carretera. No venía nadie en ningún sentido, no había peligro. En el último momento apareció su madre que chillando muy alterada, les dijo que no cruzaran, a lo que las niñas respondieron al unísono:

- Si no pensábamos cruzar,... ya nos atropellaron una vez y no volverá a ocurrir…






GONZALO GAMERO SOTO



viernes, 23 de enero de 2009

TESORO EN LA CASA DE LAS CONCHAS


Bueno, amantes del misterio, ya tenemos aquí otro misterio para que disfrutéis con todas las cosas de las que hablamos en esta sección. Son leyendas, no hay pruebas de que sean verdaderas, pero de todas formas, TENED CUIDADO

Este edificio, situado en el centro de la ciudad de Salamanca, que comenzó a edificarse en 1493 y cuya obra no finalizó hasta 1517, posee una combinación de estilo gótico con elementos platerescos, renacentistas y moriscos. Más tarde, será reparado y ampliado, dando lugar a una nueva fachada lateral. En 1929 es declarado Monumento Nacional y a partir de 1993 comienza a funcionar, entre otras cosas, como Biblioteca Pública del Estado, actual propietario del edificio desde 2005, año en que la Junta de Andalucí­a la permuta por otro edificio.
Con respecto a la elección de la fachada y su posible decoración se han dicho varias cosas. Por un lado, se sabe que fue el Doctor Rodrigo Arias, que la comprara en torno a 1482, era canciller y caballero de Santiago, por lo que es lógico que, al estar tan unido a esta ciudad, decidiese que la decoración del edificio se compusiera de vieiras (su concha es la Venera, insignia de los peregrinos de Santiago) en su fachada.
Otra razón a las conchas puede ser que su hija, Arias Maldonado, que acababa de contraer matrimonio con Juana, de la familia de los Pimentel, cuyos escudos están simbolizados por conchas, una muestra del amor que Don Rodrigo sentía por su esposa.

Tras una serie de disputas por su propiedad, el palacio resistirá junto a unas trescientas setenta y tres conchas en su fachada. Hasta entonces, nadie había mencionado nada sobre la posibilidad de un tesoro bajo las vieiras.
Las posibles teorías apuntan, por un lado, a que se trate de una farsa creada por los jesuitas, a los que Margarita de Austria les había cedido siete mil metros cuadrados justo en frente de la Casa de las Conchas para construir, a priori, la Clerecí­a de San Marcos y una de sus alas. Así, para poder observar perfectamente la magnificencia del nuevo edificio construido, que representar­a para unos la paloma del Espíritu Santo y para otros el águila de los austrias, había que derruir la Casa de las Conchas. Y la mejor manera serí­a inventarse un bulo en torno a un posible tesoro escondido, lo cual motivaría los deseos codiciosos de la plebe de derribarlo hasta dar con esta fortuna.
Lo único que sí­ es cierto es que la Compañía de Jesús tenía intención de comprar el palacio de las Conchas para derribarlo posteriormente. Ahí­ radicaría la leyenda de su posible tesoro, así­ como del modo en que los jesuitas quisieron efectuar el pago mediante la promesa de que pagarí­an una moneda de oro por cada concha, lo que se traduce en trescientas setenta y tres monedas, cantidad que finalmente no bastó para su compra.
Por otro lado, existía una costumbre por la cual, a la hora de construir un nuevo edificio se ponía una moneda de oro en la construcción para atraer la buena suerte del edificio, por lo que no serí­a tan rara tal leyenda del tesoro.
Posteriormente iría cayendo en abandono, seccionándose en espacios destinados a una carnicería, un bar, una pastelerí­a o una hojalatería, hasta que comenzaron las obras de restauración.
Así­ las cosas, la existencia de un tesoro bajo las vieiras de la Casa de las Conchas, es algo que posiblemente nunca llegaremos a saber.


GONZALO GAMERO SOTO